Es un gusto y un honor acompañar la presentación de este libro que, más que un volumen de entrevistas, es un testimonio coral de un fenómeno inédito en la historia política y mediática de México: la conferencia matutina, la llamada mañanera.

Se trata de un espacio que, nos guste o no, marcó un antes y un después en la relación entre prensa y poder en nuestro país. Lo que aquí recoge José Sobrevilla, con la voz de cuarenta y seis periodistas —entre ellos, la de este amanuense —, es la memoria viva de quienes no solo cubrimos un evento, sino que fuimos parte de un experimento de comunicación pública.

La mañanera como espacio de comunicación horizontal (en apariencia)

Cuando Andrés Manuel López Obrador instauró las mañaneras, propuso algo disruptivo: hablar con la prensa todos los días, sin intermediarios, sin filtros, y frente a las cámaras en transmisión nacional.
Eso, por sí mismo, significó un cambio radical. Ningún otro presidente en México —y muy pocos en el mundo— han sometido a prueba esa disciplina comunicativa.

En la teoría, es un ejercicio de comunicación horizontal: cualquier periodista puede levantar la mano, cualquier medio —grande o pequeño— puede preguntar, y la máxima autoridad responde en tiempo real. En la práctica, sin embargo, descubrimos que la horizontalidad era relativa, porque el poder siempre impone sus reglas.

Pros del ejercicio

Quiero destacar lo positivo:
• Acceso cotidiano a la fuente principal. Para el periodismo, es insólito que el presidente —o la presidenta ahora— esté dispuesto a responder cada mañana. Eso coloca a México en un escenario de contacto directo con el poder.
• Rendición de cuentas aparente. Aunque a veces las respuestas son más políticas que técnicas, queda un registro diario que puede ser revisado, contrastado y confrontado con la realidad.
• Agenda pública. La mañanera marca el pulso de la conversación nacional. Periodistas, partidos, analistas y ciudadanos reaccionan a lo que se dice ahí. Para el reportero, es fuente inmediata de nota.
• Simbolismo de apertura. Periodistas locales o alternativos han tenido la posibilidad de preguntar lo mismo que los grandes consorcios mediáticos. Esa mezcla no se había visto en otros sexenios.

Contras del ejercicio

Pero también están los claroscuros:
• Asimetría en la comunicación. El poder es vertical. El presidente siempre tiene la última palabra y dispone de más tiempo que el periodista. No hay réplica ni contrarréplica.
• Estigmatización de la prensa. Lo vivimos: colegas fueron señalados, exhibidos, descalificados. Eso generó tensiones y hasta miedo. Preguntar podía convertirse en un acto de riesgo simbólico.
• Saturación y control de la agenda. El gobierno fija el tema del día. Eso puede opacar otras realidades que no alcanzan la luz mediática.
• Periodismo debilitado. Muchos medios se limitaron a replicar lo dicho sin contexto ni investigación, convirtiéndose en caja de resonancia.
• Desgaste profesional. La dinámica diaria obliga a redacciones y reporteros a dedicar horas al seguimiento de la mañanera, restando energía para otros trabajos de fondo.

Balance

La mañanera es, en suma, un arma de doble filo.
Como instrumento político, le dio al gobernante visibilidad, cercanía y control de la narrativa.
Como ejercicio periodístico, puso en evidencia los límites de esa comunicación “horizontal”: no basta con acceso diario, necesitamos investigación, contraste y autonomía para que el periodismo no sea simple eco del poder.

Reflexión final

El libro de José Sobrevilla nos recuerda algo fundamental: la mañanera no es solo un formato de comunicación, es un espejo donde se refleja la tensión entre el poder político y el oficio periodístico.

Quienes estuvimos ahí sabemos que hacer preguntas en ese espacio no es un acto menor: es un ejercicio de dignidad profesional, es defender la pluralidad y es, muchas veces, ir contra la corriente.

Por eso este libro no solo se llama Los que preguntan. También podría llamarse Los que resisten.

La presentación de este trabajo periodístico , que puede encontrarse en Amazon, fue presentado el miércoles pasado en la Facultad de Derecho con todo el apoyo de la Zona Sur de la UAgro y del personal académico y autoridades de la máxima casa de estudios de la entidad.

Por admin

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *